La energía reactiva es aquella generada por aparatos, generalmente motores y transformadores, que en el momento de transformar la energía eléctrica en trabajo mecánico y/o calor generan campos electromagnéticos que deterioran la calidad de la energía en un desfasaje de onda.
Esta energía reactiva generada puede ser de dos tipos en función de la disfunción de la onda: inductiva o capacitiva, creada por campos magnéticos asociados a bobinados, a motores y campos eléctricos asociados a cargas de condensadores, respectivamente.
La energía reactiva, juntamente con la activa, corresponden a la energía aparente. Esta energía reactiva ha de ser compensada, pues dificulta el paso a la activa incrementando las perdidas energéticas por calor (efecto Joule) y se ha de compensar mediante baterías de condensadores o bien bobinados, según requerimiento.
En caso de que esta no sea compensada, a nivel de facturación se penalizan según lo definido en la Resolución del 15 de diciembre de 2022. Esta indica que se facturará la energía reactiva que exceda un 33% de la energía activa consumida en el mismo periodo durante el intervalo de tiempo de facturación, excepto en el periodo 6. Para los suministros con potencia inferior a 15 kW no se les facturará este tipo de excesos.
Su fórmula de facturación viene definida en función del valor del coseno de phi.
